El clima de la Tierra cambia de manera natural por muchas razones. Así podemos tener una "variación climática" que es un cambio en el promedio del tiempo meteorológico para una época específica del año; por ejemplo, cuando los inviernos se vuelvan más templados. Estas variaciones pueden afectar a una pequeña región o al planeta completo. Sus causas pueden variar por fenómenos impredecibles como una erupción volcánica (que puede tener efectos locales de enfriamiento), o por cambio en la energía que se recibe del sol en sus diferentes ciclos, o por fenómenos más regulares como los de El Niño (un calentamiento en la superficie del agua del Océano Pacífico tropical que ocurre cada tres o cinco años, afectando de manera temporal el tiempo meteorológico mundial).
Si los modelos indican lo correcto, el calentamiento proyectado para el año 2100 será mayor que cualquier variación climática natural desde la aparición del género humano. Las cifras también muestran que si no se toman acciones para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, estas variaciones climáticas verán disminuir drásticamente su espaciamiento, por lo que la reducción de emisiones juega un papel fundamental.
El clima de los últimos 9,000 años parece haber sido excepcionalmente estable. Por dos millones de años, el clima de la Tierra ha estado dominado por períodos glaciales, cada uno con duración de miles de años. Los períodos glaciales tienen, a su vez, ciclos interglaciales de entre 10 y 20 mil años, como el que nos encontramos. Se sabe que han ocurrido grandes fluctuaciones del clima, en escalas de décadas a siglos durante los períodos glaciales, posiblemente debidas al colapso de capas de hielo. Evidencias recientes, producto de haber taladrado núcleos de glaciares en Groenlandia, indican fluctuaciones similares durante períodos glaciales previos, debidos posiblemente a cambios rápidos de la circulación del océano. Nadie sabe porqué estas fluctuaciones no han ocurrido durante este período interglacial, permitiendo una posible "ventana" de estabilidad climática para el desarrollo de la civilización humana, ni tampoco sabemos exactamente cómo podrá afectar a esta estabilidad las emisiones antropogénicas de gases de efecto invernadero.
El calentamiento producido por el ser humano representa un cambio significativo aun sobre las escalas de tiempo geológicas más largas. Hace cien millones de años, cuando la Tierra la habitaban dinosaurios, la temperatura era entre 5 y 15oC más alta de lo que es hoy, probablemente por que los continentes estaban dispuestos de manera diferente.
Algunos científicos alertan que el cambio climático global, producido por un aumento en los gases de efecto invernadero, que se localizan en la troposfera, entre los 7 y 15 km de altitud, alterará la frecuencia, magnitud y características de los eventos extremos y de los desastres climatológicos. Para enfatizar esto, vale mencionar el hecho de que algunos expertos gubernamentales estadounidenses publicaron en el New York Times (30/03/1998), que las temperaturas registradas los primeros meses de este año, se deben a una combinación del fenómeno de El Niño y el cambio climático.
Este último es un fenómeno que se podría detectar a partir de la era industrial, iniciada hacia 1860, con el incremento la quema de combustibles fósiles para obtener energía, misma que ha contribuido a que el efecto invernadero, necesario para mantener la temperatura adecuada para la vida, aumente su actividad.
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